Estábamos de viaje y al cenar pusimos las noticias para estar un poco al día de lo que pasaba. En ese momento se ven imágenes del atentado en Moscú. Uno de mis hijos se queda con los ojos pegados a la pantalla, temo las preguntas, estoy cansada de todo el día andando y no me veo yo grandilocuente para poder explicar lo que está pasando. Cambio el canal, sin levantarme de mi asiento (bendito mando a distancia). Seguimos cenando. Al día siguiente fuimos a la visita guiada del pueblo viejo de Belchite en Aragón y descubrí como hace no tantos años el horror se vivió allí y entonces no se podía escapar dando únicamente a un botón. Actualmente el pueblo viejo de Belchite es el recuerdo de una guerra civil, donde un pueblo grande se queda reducido a pequeños montones de piedras y algunas edificaciones en pie. Lo interesante de esta visita es la guía, en nuestro caso fue Marta y todavía estoy emocionada de haber podido compartir esa parte de la historia. Al final no se trata de rojos
Espacio de inspiración y creatividad.