Un lío. Me encanta esas mañanas de fin de semana en la que no suena el despertador y se pueden alargar los minutos en la cama, en los que las piernas de uno y otros se confunden porque necesitamos sentirnos. Y hacemos planes y nos contamos esas cosas que se nos olvidaron durante la semana y nos reímos y nos atropellamos queriendo contar todo a la vez y yo no quiero levantarme. Y estos enredos por la tarde pasan al sofá si vemos algo juntos en la tele y a mí me gusta sentirme así, aunque a veces se me duerma un brazo o una pierna; porque necesito este contacto, ese ser una familia que no deja claro donde empieza uno y empieza el siguiente. María P.
Espacio de inspiración y creatividad.