Desde hace unos años, cuando llega finales de diciembre hago un repaso a mi Instagram y rememoró el año que ya acaba. Este 2019 lo voy a compartir, en parte, por aquí.
Al principio de pensar en este post iba a despotricar de este año 2019 porque ha sido muy duro. He sufrido mucho física y emocionalmente, he llorado y aguantado las lágrimas muchas veces, he considerado mandar muchas cosas a la mierda para empezar de nuevo y he llegado a pensar que alguien me desea algún mal porque no era normal tanta putada junta.
Este año he comprobado que hay veces que no da tiempo a reponerte de una bofetada de la vida cuando la siguiente viene con la mano abierta y soy consciente que quizás lo peor esté por llegar. Pese a todo no me voy a quedar de recuerdo solo la miseria del 2019 si no que cuando haga mi escrito del año (mucho más personal) quiero añadir todo lo increíble que sí he tenido este año.
He leído mogollón de libros y me he dado cuenta que son mi mejor método de evadirme y soñar. Fuimos a San Sebastián, que era un destino que llevaba mucho tiempo en la lista de "pendientes". He jugado mucho con mis enanos, disfrutando de ellos al máximo. Me atreví a hacer un taller de acuarela yo solita.
Fuimos a la playa y me volví a enamorar del mar. He tenido muchos momentos especiales con amig@s, de escapadas, de quedadas in extremis y me he sentido muy arropada por ell@s (desde aquí, GRACIAS). Reconozco que este año las mejores risas las he tenido en el curro. Hice un post de yoga que me ayudo mucho y supe ponerle palabras a todo lo maravilloso que ha supuesto para mí. He corroborado que el amor hacia mis padres y hermanos es máximo. Y soy consciente, que pese a que no sea nuestro mejor año, mylove es el mejor compañero de viaje que he podido elegir en mi vida.
Uno de estos duros días de invierno subía a casa helada de frío por la lluvia que nos había caído, pasar el umbral de la puerta y sentir la calefacción me hizo recomponerme. Me cambié, me preparé un café calentito y me asomé por la ventana a ver un ratito llover. Y en ese mismo momento me dí cuenta que soy una privilegiada, de tener un techo, calefacción y una máquina de café que me lo prepara en cuestión de minutos.
A lo mejor piensas que menuda tontería, que casi todos tenemos eso... pero creo que ese es nuestro problema en esta sociedad del instante, que lo tenemos casi todo.
Lo que sí me ha enseñado este 2019 es que ahora más que nunca vivo el momento, pero con intensidad. Cuando lleguen los momentos de escuchar noticias duras y de estar, estaré y lloraré lo que necesite, pero también cuando sea el momento de partirse de risa por la chorrada más grande, lo haré. Y lo haré sin culpa, porque aunque tenga cosas de las que preocuparme, quiero disfrutar del momento. Para soportar los malos tengo que disfrutar al máximo de los buenos.
Podré parecer bipolar pasando de la risa al llanto pero este 2020 lo voy a vivir como venga y disfrutaré al máximo de los buenos momentos para superar cuantos antes los menos buenos.
Desde aquí y con mucho amor, te deseo un 2020 maravilloso y sobre todo que vivas el momento.
Gracias por estar al otro lado.
María P.