Jugar a la consola.
Recuerdo cuando en mi infancia jugaba al Sonic en la Mega Drive, suena lejano ¿eh?... Luego de adolescente antes de salir de fiesta era casi obligatorio echarse unas carreras al Burnout, a veces esas partidas se alargaban y ya no hacía falta ni salir. Ya cumplidos los 25 empezamos a los juegos de dos y las horas se pasaban volando con el Resident Evil yo a veces pasaba hasta miedo y terminamos con los juegos de 4 sin parar de picarnos con el Buzz.
Entonces llegaron los salvajitos y los ratos de consola quedaron relegados y la Play fue cogiendo polvo. Hasta que alcanzaron la edad suficiente para coger un mando en sus manos y acertar a dar a los botones. Es el momento de volver a retomar esas risas de picarse a ver quien gana, de perfeccionar técnica y de que sea un momento especial en familia.
Y tú ¿a que jugabas? ¿te has planteado o ya juegas con tus peques?
María P.