Adiós 2020.
Me despido de ti de manera formal con ganas de que finalices pero dispuesta a vivir intensamente estos últimos días del año.
Has logrado pasar a la historia con méritos propios y camisetas, mascarillas y christmas te dedican sus mejores deseos de que no vuelves a aparecer en sus vidas.
Tu pensarás que no todo ha sido malo y no te falta razón pero es tan grande el vacío que has dejado en tantas personas que aunque hubieses encontrado la vacuna contra el cáncer no te sería meritorio para recordarte con cariño.
A mí en particular me dejas el dolor más grande que he podido sentir jamás. Sabía que quería a mi padre pero ante su falta me doy cuenta de que también lo necesito. Necesito contarle cosas, preguntarle por otras y echarme unas risas de padre e hija. Necesito abrazarle, tocar sus manos maravillosas y volver a acariciar su pelo porque eso le encantaba.
Joder como duele escribir todo esto, como duele saber que todo esto no volverá a pasar. Y aunque cada día me acuerdo de él y casi a diario lloro me quedo con el aprendizaje de no volver a dejarme cosas por decir, hablar y sentir con las personas que quiero.
Yo 2020 te recordaré como un año de mucho dolor por esto y otras cosas más que no te voy a decir pero también te doy las gracias por haberme enseñado que soy más fuerte de lo que pienso, por harberme mostrado a las personas que de verdad merecen la pena tener cerca y por ordenar mi pirámide de prioridades.
Te confieso que no espero al 2021 como el año de solución a todo pero si le espero con ganas de cumplir nuevos propósitos, de convertirse en mi año de crecimiento personal y sobre todo que es impar y yo siempre fuí de impares.
Y a ti que me lees, GRACIAS. Deseo que disfrutes de una feliz navidad dentro de lo que se pueda y sobre todo recuerda no dejar "tareas pendientes".
María P.