La razón de hoy es admirar su poder de adaptación.
En estos tiempos que corren respecto al covid-19 los niñ@s considero que son los grandes olvidados. Porque no nos engañemos... los mayores tenemos la razón de poder ir a hacer la compra para respirar aire y andar no mucho más de 200 metros, pero algo es algo.
¿Pero los pequeñ@s? No tiene permitido ni ese "mísero lujo". Llevan días y días bajo el mismo techo, sacando juguetes olvidados, desarrollando su imaginación al máximo, aguantando ratitos (en nuestro caso muy cortos) de televisión de malas noticias, adaptándose a ir al cole desde casa, haciendo fichas, disfrutando de unas vacaciones de Semana Santa en las mismas cuatro paredes...
Y como ya he hablado con muchos padres/madres sin una queja. En casa en ocasiones hay arrebatos de lloros, o de salir corriendo (a su habitación lo más lejano) o de apretar los dientes porque no saben muy bien que pasa pero a veces están nerviosos. Pero no se quejan.
E imagino que ante la poca responsabilidad de algun@s los pequeñ@s deben asumir esta carga. Porque yo no digo que llenen los parques, pero deberían permitir dejarles dar una vuelta aunque sea a la manzana o bajar al recinto (en el caso de que lo tengan) en compañía de un adulto, un ratito aunque sea. Sin tener contacto con otros niños.
Con la excusa de que pueden ser portadores asintomáticos han sido castigados al mayor de los encierros.
Y habiéndome metido en este charco pues me cubro hasta el cuello y de paso expreso que no me gustan nada los que abroncan desde el balcón a los que pasan por la calle. Que no digo que no tengan su parte de razón, pero tampoco saben la situación que tiene o tienen esas personas.
María P.