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En el mes de febrero tenía que elegir a una Alicia para que representase a este espacio mensual y la elegida es Alicia Alonso cubana de padres españoles y reconocida como "la eterna dama del ballet"
El apellido Alonso no es el suyo propio si no el de su marido, habiéndose casado a los 15 años enamorada de un chico 20 años mayor. Desde los 19 años comenzó con un problema en un ojo que la dejó parcialmente ciega y obligaba a que sus compañeros la esperasen en el sitio exacto en cada ensayo y obra.
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En el año 1943 tuvo que sustituir a otra Alicia, en esta ocasión Markova y fue aquella obra la que la haría mundialmente famosa "Giselle"
Estuvo durante mucho tiempo en Nueva York y bailó con los mejores, en esta etapa fue intervenida en varias ocasiones por sus problemas de visión y la recomendaron que abandonase el ballet. Ella no lo hizo y repasaba una vez tras otra sus coreografías en su cabeza hasta casi alcanzar la perfección.
Durante su existencia ni ella ni su marido olvidaron sus raíces cubanas y siempre acudían a su tierra para fomentar el ballet. Tras un golpe de estado en el país, Alicia perdería las subvenciones y reconocimiento de la escuela de baile que había creado y tras 30 años de matrimonio, el mismo se rompe.
Lejos de hundirse ese mismo año Alicia reaparece en escena en el ballet Mujer y se hace cargo de la Dirección General del Ballet Nacional de Cuba.
Fallecería en 2019 a los 98 años de edad.
A parte dejaremos sus compromisos políticos y su excesivo y duro repertorio académico y recordemos a una mujer que estuvo unida al ballet hasta el final de sus días.
Fallecería en 2019 a los 98 años de edad.
A parte dejaremos sus compromisos políticos y su excesivo y duro repertorio académico y recordemos a una mujer que estuvo unida al ballet hasta el final de sus días.
María P.