Una de las cosas que ha tenido la pandemia es que hemos pasado muuuuucho tiempo en casa y esto ha derivado en que cositas que no te gustaban del todo de casa hayan pasado a ser odiosas. Una de ellas fue el cubreluces de la entrada de casa. Teníamos un cuadro que quedaba mal y no tapaba todo, la opción de comprar uno es que tenía que ser a medida y costaba demasiado, así que tomamos la opción de hacerlo nosotros mismos.
¿Quieres saber cómo?
Descubrimos que si el cuadro lo poníamos en horizontal si cubría todo pero claro al llevar letras no quedaba bien. Solución: pintarlo con pintura de pizarra (siempre digo que es un fundamental en casa).
El segundo problema es que quedaba inclinado por la puerta del cubreluces. Solución: comprar un maderito en la carpintería y hacer un marco detrás que le diese fondo.
Si no tienes pintura de pizarra puedes probar con chalk paint que también queda genial.
Y ya está, nuestra entrada a casa quedaba mucho más cuqui. El toque final una cuerdecita para colgar fotos o ese documento que no te puedes olvidar de llevarte mañana.
Por último, aprovechamos para colocar debajo una balda que es ideal para exponer las últimas obras de tus salvajitos. Actualmente estamos con las técnica del puntillismo así que todo lo pintamos a puntitos.
Y así hemos pasado a una entrada impersonal a dar gusto entrar en el hogar.
María P.