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Foto Getty |
La semana pasada ví que en Instagram muchas personas se hacían eco del fallecimiento de Ruth Bader. Su imagen era la de una mujer mayor pero desde luego no una tierna ancianita. Reconozco que me impactó su dura mirada. A ello le he sumado que Donald Trump la ha reconocido como una gran figura pese a que no estuviese de acuerdo con sus ideales, estas palabras de un personaje tal merecían investigar quien fue Ruth Bader.

Ruth nació en Brooklyn en 1933 hija de inmigrantes judíos estudió derecho en Harvard donde conoció a su marido, acabaría en la universidad de Columbia y pese a quedar la primera de su promoción no conseguía trabajo, nadie quería a una mujer abogada.
Como tantas otras historias que he contado tendría que trabajar de profesora en centros de segunda hasta conseguir ser profesora de la facultad de Columbia. En dicha época además ejerció como abogada para la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles.
En este período destacaría por su defensa de la igualdad. Así destaca el vencimiento en la defensa de un viudo al que la oficina de la Seguridad Social le denegaba el subsidio que le correspondía por el fallecimiento de su mujer trabajadora ya que sólo se contemplaba dicho subsidio en el otro sentido de los sexos.
En 1993 sería propuesta por Bill Clinton y finalmente declarada como miembro del Tribunal Supremo.
Ruth y Sandra Day O’Connor fueron las dos primeras mujeres en alcanzar la figura de jueza del Tribunal Supremo y ante un mundo de hombres quisieron dejar patentes que eran mujeres y se comportarían como tal.
Por ello a la tradicional toga de juez cuyo cuello está destinado a dejar ver la camisa y corbata de los caballeros, ellas le añadieron un cuello bonito para lucir. Esta prenda se ha convertido en un icono e incluso se hacen réplicas sobre aquellas que tuvieron un significado especial. Todo esto lo he leído en este reportaje de Smoda de El país.
Y hay un montón más de anécdotas e hitos que consiguió Ruth pero el post sería demasiado largo.
Sus últimos años le fue divertido descubrir su imagen en tazas y demás materiales de merchandising convirtiéndose en un mito.
Aunque tarde me alegro de haber descubierto la figura de Ruth Bader y te invito a que investigues y descubras más de ella.
Yo me he apuntado para ver el documental RBG y la película La voz de la igualdad.
María P.