Cuando con 5 años mis padres me regalaron las castañuelas de la foto no imaginaba que las guardaría durante muchos años, no tanto por el uso que les daría sino por el recuerdo que supone para mí. Me las regalaron después de un festival y venían en una caja de las buenas, para mí eran casi de profesional.
Ahora han pasado casi 30 años de aquel momento y soy ya las que se las regala a mi pequeña y el momento de pensar donde las tenías, de buscarlas y finalmente encontrarlas fue muy emocionante, porque en esas castañuelas no van los palmeos de una artista pero sí los sueños e ilusiones de una niña.
Por todo ello la razón número 20 está dedicada a ese momento, en el que regalas a tus pequeños recuerdos muy preciados para ti, con la ilusión de que lo disfruten como tu lo hiciste.
¿Y tú, cuál es el tesoro que guardas para tus locos bajitos?
María P.
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