Verles jugar.
Tengo la suerte de que mis salvajitos juegan mucho juntos, se pasan muchas horas en la habitación metidos recreando sus propios mundos. Desde la mía y con las puertas abiertas puedo verles jugar y escucharles en esas aventuras en las que "hoy haces de perro, yo quiero ser tu tía o estos dos van a casarse"
Reconozco que en esos momentos yo aprovecho en hacer alguna de las cientos de tareas que tengo en mi lista de pendientes pero la otra tarde quise entrar y fotografiarles, sigo muy involucrada en mi diario de familia. Se me ocurrió preguntar que hacían estos muñecos aquí en círculo y los otros subidos en aquel baúl, la respuesta me sorprendió.
Luego me explicaron que pasaba en cada rincón de la habitación con diferentes acciones de sus muñecos y me encantó trasladarme a su mundo por un rato.
Te invito a que hagas esto con tus hijos/as, entra y dejate emocionar en su juego, creo que con ello aprendes a conocerles mucho mejor.
María P.